Tenesse es uno de los lugares dentro de Estados Unidos donde está permitido el consumo de drogas, pero con impuestos, esta medida fue adoptada entre los años 2005 y 2009. Las personas que gustaban de esta sustancia podían adquirirlas sin necesidad de sentirse perseguidas por la policía siempre y cuando hayan pagado impuestos por ellas.

Les llegó la hora a las populares mantequillas y aceites en Dinamarca. El 2011 las autoridades acordaron que a estos alimentos se les pondría un impuesto de 16 coronas (2,14 EUR). Esta medida es motivada por los altos índices de problemas de obesidad en la población de este país.

Irlanda y Dinamarca discutieron hace algunos años poner impuestos a las flatulencias emitidas por el ganado vacuno, pues sus gases son dañinos para la salud de la población humana de dichos países.  El monto asignado a este impuesto radicaría en los 13 EUR.

Los asiáticos siempre han sido considerados como excéntricos por sus actitudes o gustos, pero este impuesto raya en lo insólito pues el economista japonés Takuro Morinaga ha propuesto al gobierno de su país que implemente un impuesto a todo aquel hombre que luzca una apariencia física agraciada ¿Prosperará su demanda?.

El Gobierno del estado de Arkanzas (Estados Unidos) decidió fijar impuestos del 6% de las ganancias totales  a todos los locales que ofrecen servicios de tatuajes o piercings.

Estados Unidos nos regala otro impuesto curioso, los habitantes de la localidad de Maryland deben pagar 30 dólares al año por concepto de bajar la palanca de la taza del urinario. Una de las medidas más absurdas de la lista, sin duda, pues todo ser humano tiene necesidades fisiológicas que nadie puede controlar y no deberían figurar entre los impuestos.

En el lejano siglo XVIII, el Reino Unido, impuso un impuesto sobre los sombreros de caballeros el cual debían pagar los comerciantes y las personas que lo adquirieran.

¿Prohibido ser gordo? Hace algún tiempo el gobierno de Finlandia estuvo a punto de promulgar una ley que pretendía cobrarle más impuestos a las personas que padecían de obesidad, pero no tuvo efecto al ser considerada discriminatoria. El Gobierno se defendió diciendo que deseaba premiar a las personas que se “mantenían en buen estado físico.”

Los charlatanes tienen sus horas contadas en Rumania, pues el gobierno impuso un impuesto del 16% de sus ganancias a las personas que se dedican a la quiromancia y brujería. Lo curioso fue que las protestas de las adivinas y brujas no se hicieron esperar, éstas lanzaron maldiciones hacia los políticos.

A fines del siglo XVII no se le ocurrió mejor idea al Rey Guillermo III, que imponer un impuesto a toda casa que tuviese más de 6 ventanas, el cual sería destinado a cubrir los gastos de la guerra que enfrentaba el país por aquella época.