Para muchos, el año 2000 significaba el fin de la humanidad. Antes de ese momento, se hablaba no solo del fin del mundo, sino también de un desastre tecnológico que afectaría a todos los ordenadores y que tal vez nos retrocedería hasta la edad de piedra. Han pasado 11 años desde esos sucesos y los ordenadores cada vez están más presentes en nuestras vidas.

Según la cultura Maya, el mundo se acabará el 22 de diciembre del 2012. Si bien esa fecha todavía no ha llegado, la gente cada vez se vuelve más incrédula al respecto. Aunque tal vez sería mejor esperar hasta el 23 de diciembre de ese año para incluir a esta profecía en esta lista.

Algunos intérpretes de las profecías del fin del mundo de Nostradamus pronosticaron que el fin del mundo empezaría en el año 2000, cuando un meteorito destruya la ciudad de Paris. Hasta el día de hoy, toda la belleza de esa ciudad se conserva en perfecto estado.

1962 fue un año tenso para la comunidad científica ¿Cuáles serían los posibles efectos de la conjunción de los ocho planetas del Sistema Solar? Para muchos el fin del mundo estaba cerca. Después del 2 de febrero de ese año, el día central, muchos respiraron con alivio.

Antes de 1999, surgió una teoría que durante ese año ocurriría una perturbación magnética que acabaría con el oxígeno del planeta y lo haría precipitarse hacia el Sol. Definitivamente, esos científicos perdieron su credibilidad.

Los miembros de una secta llamada Comunidad de la Montaña Blanca pronosticaron que el 14 de junio de 1960 explotaría una bomba atómica que acabaría con el mundo. Por suerte, esa bomba atómica nunca explotó, convirtiendo estas profecías del fin del mundo en anécdotas.

Según algunos estudiosos, Jesucristo murió en la semana 1598 de su vida. Pero como en el año 1598 no ocurrió nada, ellos pensaron que el fin del mundo sería en 1998. Una deducción un poco inverosímil.

La ciudadana estadounidense Viola Walker le anunció al mundo que el propio Dios le había comunicado que el fin del mundo ocurriría durante el mes de septiembre de 1975. Como era de esperarse, llegó el mes anunciado y no ocurrió nada.

El líder la secta Discípulos de Orthon, Anders Jensen, predijo en vivo y en directo, desde un canal de televisión, que el mundo terminaría el 2 de diciembre de 1967. Después de esa fecha, nunca más se le volvió a ver en las pantallas.

María Straffler, autoproclamada como Papisa, pronosticó que el fin del mundo ocurriría el 20 de febrero de 1969. Después de esa fecha, el mundo siguió igual; pero ella no se rindió en sus intentos. Volvió a pronosticar el fin del mundo para el 17 de marzo de ese año. Los medios ya no le dieron una tercera oportunidad.